Cuty, el lagartijito, descubre un extraño huevo. Supone que dentro de él hay algo que puede animar su solitaria vida. Se alegra porque necesita un amigo. Y así es. Aparece alguien al que le salva la vida y será después su hermano de aventuras y peligros; su compañero de descubrimientos y pruebas de valor.
Cuty nos enseña a ser buenos, valientes y solidarios. Es un animal que he humanizado, a través de la literatura, para que nos muestre que la vida tiene sus vaivenes, pero, sobre todo, sus días de alegría y esperanza.